La póliza de defensa jurídica de Atreve: protección polivalente para los socios

La Asociación de Empresarios del Taller de Reparación de Vehículos de A Coruña (Atreve) fue pionera dentro del sector cuando en septiembre de 2017 contrató una póliza colectiva de defensa jurídica. Los socios de la entidad cuentan desde entonces con una protección polivalente, que los cubre a la hora de hacer frente a una larga casuística de problemas legales. Durante el año 2018, los asuntos que se gestionaron a través de la póliza fueron 42, ya fueran reclamaciones amistosas, por la vía judicial o consultas telefónicas.

El taller Ares Auto, de Carral, es uno de los que ha recurrido a la póliza de defensa jurídica para hacer frente a problemas que no resultarán ajenos a muchos profesionales del sector. Según explican, entró en taller un vehículo con un problema en los inyectores, entre otras cosas. El cliente aceptó el presupuesto, aunque comentó que el coche venía de un negocio de compra/venta y que le reclamaría el arreglo. En el taller recuerdan, no obstante, que el propietario del coche enfatizó en que en cualquier caso se haría cargo de la factura. Finalmente, la reparación ascendió a 1.520 euros. Y lo que ocurrió fue que el cliente se llevó el vehículo sin pagar… y no volvió a aparecer. Ares Auto intentó cobrar la factura por las buenas, ofreciendo facilidades de pago, pero sin éxito. Al final, la reclamación se presentó por la vía judicial, recurriendo a la póliza de defensa jurídica.

El mismo taller de Carral relata otro problema que terminó también en una reclamación judicial y que, igual que la anterior, es muy común en el sector. El conflicto se planteó con un proveedor. Gaserco compró un motor en un desguace en Valencia, donde exigieron el pago por anticipado. Cuando llegó, resultó no ser el modelo que habían pedido, de manera que hubo que enviarlo de vuelta. Al taller le supuso un perjuicio grave, puesto que no pudo cumplir con la fecha de reparación que había comprometido con su cliente. En esta situación, Ares Auto avisó al desguace que ya no enviaran el motor “correcto”, dado que en ese tiempo ya habían resuelto el problema por otro lado, pero pese a ello volvieron a recibirlo. El taller no permitió ni que descargaran el envío, lo mandó de nuevo de vuelta. Estuvo meses reclamando la devolución de la factura que habían pagado, que ascendía a más de 6.000 euros y solo recibían largas, de manera que también, en este asunto, tomaron la vía del juzgado.

Otro ejemplo es el de Talleres Bemauto, un negocio ubicado en Carballo. También en este caso el problema se planteó con un proveedor. Según explican desde el taller, en un momento de mucho volumen de trabajo, y ante la baja de un mecánico, se contrató a una empresa de Madrid para reparar el motor de un Porsche y poder cumplir en tiempo y forma con el cliente. Se envió el motor y este vino de vuelta mal reparado. En cuanto lo “escucharon” en el taller carballés tuvieron claro que el problema era grave. Y por más que lo intentaron por las buenas, el proveedor no atendió los requerimientos que se le hicieron. En este caso también se recurrió al juzgado para reclamar la devolución de la factura, de más de 3.000 euros.

Las pólizas de defensa jurídica son herramientas útiles para hacer frente a cualquier problema legal y que sirven para cubrir gastos de abogado, tasas, costas judiciales e incluso fianzas. En el caso de la póliza de Atreve, los servicios más habituales son la reclamación de facturas, las reclamaciones contra proveedores del taller y la defensa frente a reclamaciones de consumo o de la administración.

Así, en el tema de la reclamación de facturas, la póliza garantiza la reclamación vía judicial de hasta seis facturas al año, con un gasto máximo de 6.000 euros. Son procedimientos sencillos y con un alto índice de éxito, según la experiencia de Atreve.

El tope de 6.000 euros de gastos funciona también en cada una del resto de las garantías que ofrece la póliza, entre ellas las reclamaciones a otros seguros contratados por el taller. Problemas como daños producidos por terceros al local, defensa en conflictos con los vecinos del negocio, con los empleados o con los clientes, por ejemplo, pueden abordarse de forma profesional a través del despacho de abogados utilizando el seguro de defensa jurídica.

Cabe señalar que durante el pasado año 2018 se realizaron un total de 31 gestiones amistosas de reclamaciones en el marco de la póliza colectiva de Atreve, mientras que solo 7 asuntos se tramitaron por la vía judicial.

Asistencia por teléfono

La póliza de Atreve incluye la asistencia jurídica telefónica. Es un servicio que se presta a través de la compañía ARAG, líder en pólizas de defensa jurídica, y que permite resolver rápidamente cuestiones que, de otra manera, pueden convertirse en un problema. Son muchas las dudas que surgen en el día a día del taller, tanto en la relación con los clientes como con los proveedores o con la administración, y es importante estar asesorado para actuar correctamente y prevenir posibles multas o reclamaciones.

También se incluye en la póliza el servicio de ARAG para revisar y redactar documentos y contratos. Se trata de otra prestación muy utilizada, que pone en manos profesionales cuestiones que escapan al día a día del taller de reparación.