Los últimos cambios en los baremos, ¿debacle u oportunidad?

Las valoraciones son el quid de la rentabilidad de un taller de reparación de vehículos, especialmente del que se dedica a la carrocería. Es un tema que hemos abordado en diferentes reportajes de anteriores ediciones de esta revista de Atreve y que este año ha dado un giro inesperado con la introducción del nuevo baremo Digital Paint, que desde marzo pasado sustituye a Cesvimap para las peritaciones de la compañía Mapfre. Desde su llegada, todo ha sido controversia.

Las grandes confederaciones empresariales, Cetraa, Conepa, Fagenauto y Ganvam, han puesto el grito en el cielo esgrimiendo estudios comparativos que señalan diferencias de hasta el 59% en mano de obra y de hasta el 46,5% en los materiales de pintura entre el anterior baremo Cervimap y el nuevo Digital Paint. De media, en el mismo informe, la bajada de las valoraciones son del 2,79 y del 17,65%. Desde las propias asociaciones de talleres se subrayaba que los resultados de aplicar el nuevo Digital Print pueden variar dependiendo de cómo se utilice. Y la aseguradora Mapfre responde que siempre ha utilizado criterios técnicos para construir sus herramientas de valoración y que “por ello Cesvimap ha sido la herramienta de valoración de pintura más aceptada del mercado, muy por encima de otros sistemas que no disponían de dicha validación”.

Cabe recordar que los baremos no son más que métodos de cálculo. Fundamentalmente, en España se utilizaban dos, el de Centro Zaragoza y el de Cesvimap, este último con mayor aceptación porque contemplaba más operaciones y por tanto ofrecía valoraciones más reales.

Ambos métodos podían ser utilizados por los talleres a través de las plataformas de valoración de Dat Ibérica, GT Motive o Audatex, diferentes softwares con los que los profesionales podían emplear tanto Centro Zaragoza y Cesvimap, así como los baremos de los fabricantes y en algún caso también otros. Ahora, la compañía Mapfre ha sustituido Cesvimap por Digital Paint, pero además únicamente permite utilizar su nuevo método de cálculo de peritaciones a través del programa Audatex.

Hablamos con Rubén Dopazo, responsable de Talleres Paco, un taller concertado de Mapfre que está situado en el polígono Río do Pozo, en Narón. Reconoce que el cambio de Cesvimap a Digital Paint le costó y que tuvo errores en la aplicación de la nueva herramienta al principio. “Pero es adaptarse y saber aplicarlo -comenta-; en este negocio dependemos de los peritos, no tanto del programa de valoraciones”, explica. Para él, lo peor no es Digital Paint sino la plataforma Audatex. Prefiere emplear Dat Ibérica, explica.

En opinión de Marius Burgstaller, director de Desarrollo de Negocio de Dat Ibérica, la desaparición de Cesvimap deja “huérfano” al sector de la reparación y reconoce que la situación, para su empresa, representa una ventana de oportunidad. Su plataforma tiene una ventaja competitiva que redobla su valor en el contexto actual. Dat Ibérica integra el baremo Eurolack, usado en 25 países y que, según destaca Burgstaller, ha sido recientemente “valorado como el más neutral del mercado” en una comparativa realizada por las grandes federaciones del sector.

En cuestión de baremos “dos y dos no son cuatro”, comenta José Ramón Devasa, gerente de la asociación Atreve y también director de la cooperativa Soluciones Siauto. Es paradójico que herramientas construidas para servir como un guión objetivo de la valoración de trabajos arrojen resultados tan diferentes. En su opinión, la introducción del Digital Paint es un varapalo importante para la rentabilidad de los talleres de carrocería, si bien coincide en que el hueco que ha dejado en el mercado el anterior Cesvimap ha de llevar obligatoriamente a muchos talleres a buscar otras herramientas como Eurolack.

En esta cuestión, como en otras, el sector parece cada vez menos dispuesto a acomodarse con lo que le ponen sobre la mesa las compañías aseguradoras y más proclive a pelear por argumentar sus valoraciones correctamente para cobrar todas las operaciones y defender su rentabilidad.