La defensa del cliente, prioridad para los talleres de reparación

foto1La Asociación de Empresarios del Taller de Reparación de Vehículos de A Coruña (Atreve) es una entidad joven y con energía para luchar por los intereses del sector. Como tal, defiende un modelo de negocio centrado en el cliente y en la calidad frente a aquel que únicamente pretende competir en precios. Los talleres son los grandes perjudicados en ese empeño de las aseguradoras por ofrecer la póliza más barata, dado que siempre es a costa del recorte en las reparaciones que se hacen al coche.

Desde el punto de vista de Atreve, el taller ha de ser algo así como el “médico de cabecera” del coche, ganándose la confianza de los clientes y ofreciéndoles un servicio integral y personalizado. En este sentido, y al igual que el propietario del coche se deja aconsejar en la búsqueda del mejor repuesto, también han de actuar los talleres de reparación a la hora de asesorarle sobre qué compañía aseguradora le conviene. El taller sabe cuál ofrece el mejor servicio, dentro del margen de precios que busque el cliente.

La mayoría de los propietarios de coches son ajenos a las tensiones que se producen en la relación entre aseguradoras y talleres de reparación. No son conscientes de que su compañía se esfuerza por hacerle la reparación más barata, sacrificando a menudo la calidad, incluso en el caso de que sea el perjudicado en el siniestro y que “teóricamente” pague el seguro del otro vehículo implicado. Desde hace tiempo, las aseguradoras mantienen un convenio y se indemnizan unas a otras en base a unos módulos, de manera que el sistema se ha pervertido totalmente. Resulta que la compañía del perjudicado en un siniestro con daños a terceros paga la reparación y luego reclama el módulo correspondiente al otro seguro, de manera que su interés es pagar lo mínimo posible dentro del módulo o del tramo en cuestión.

El taller ha de jugar un nuevo papel en este enrarecido escenario. Su servicio ha de incluir también la gestión de las relaciones con el seguro del cliente, por lo que no resultará extraño que este se fíe de su consejo a la hora de elegir su póliza y contratarla. La defensa del cliente ha de ser una prioridad absoluta, sólo así se defiende también el futuro del negocio.