Manuel Ángel Fernández Prieto es desde comienzos de este año el nuevo presidente de Atreve Ferrolterra, un cargo al que llegó más bien por casualidad -reconoce-, pero que asume con ganas de poner su experiencia al servicio del sector. Es el responsable de RadioCar, un establecimiento especializado en electrónica del automóvil que es toda una referencia en la comarca de Ferrolterra para la instalación de equipos de sonido. En los treinta años de trayectoria de su taller ha visto de todo, y con esa perspectiva analiza el momento actual.

—¿Cómo ves el momento actual en el sector de la reparación de vehículos?

— Bastante malo. Coincide que estamos a las puertas de un gran cambio, que es el coche eléctrico. Ahí nos tenemos que poner al día, porque las marcas certifican a sus concesionarios y a sus mecánicos para trabajar en sus coches eléctricos. Pero el resto no sabemos si vamos a poder certificarnos, está todo en el aire. Y por otro lado, no hay gente. Salen pocos titulados. En esto estamos todas las especialidades igual: no hay chapistas, ni pintores, ni electrticistas… Y además la cosa está muy rara, porque ahora a un alumno en prácticas le tienes que pagar desde el primer día. Y no lo puedes dejar solo, que está aprendiendo, así que te genera unos gastos. Que no importaría, si al final sacas un trabajador adelante. Pero lo que veo es que no es así.

—¿Pero hay carga de trabajo en este momento?

— Sí, carga de trabajo sí. Vas ahora a reparar un coche y te dan cita para dentro de un mes. El mercado va cambiando, y los profesionales nos vamos adaptando. Aquí por ejemplo, los coches incorporan sensores de aparcamiento y entonces te entran muchos vehículos a instalarlos. Después viene el carplay, e instalas carplay… Cuando llegó internet pensé que el negocio se terminaba, y de hecho tuvimos un bajón durante unos meses. Pero luego la gente volvió. Porque compras un equipo de sonido por internet y te lo paran en la aduana, o te lo monta tu primo y te lo destroza, o llega estropeado y te cansas de enviar mails para devolverlo… así que al final la gente prefiere ir al taller de confianza, porque además de que le monten el equipo quiere el asesoramiento. Pero el problema es que no hay relevo generacional.

— ¿Cómo os está afectando la crisis de suministros y la inflación?

— Eso es algo que nos preocupa a todos. Subieron mucho los costes. No hay chips, así que los equipos tardan muchísimo, el precio del transporte se ha disparado… y en este contexto, los seguros son cada vez más baratos. Vienen años muy complicados, pero yo estoy convencido de que al final las cosas volverán a ordenarse. Porque cuando empiecen a pagar 100 euros por arreglar una aleta, lo que va a pasar es que esa aleta no puede ir bien arreglada, y el cliente se va a quejar… e irá a buscar otro seguro y otro servicio.

— ¿A qué vas a enfocar tu trabajo al frente de Atreve Ferrolterra?

— A ver si nos movemos para que nos certifiquen para poder trabajar en los vehículos eléctricos. Y además de eso, me gustaría que la gente participe más y también que tire más de la asociación, que recurra a ella.